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El hombre de paja: La falacia

Según Aristóteles en On Sophistical Refutations, la falacia del hombre de paja ocurre cuando se atribuye a un oponente una postura simplificada o caricaturizada para luego refutar esa versión debilitada en lugar de la postura real. Esta definición clásica se adopta en la teoría comunicacional para señalar manipulaciones discursivas que distorsionan el mensaje original.

La argumentación tradicional de un hombre de paja se basa en generar la ilusión de haber refutado o derrotado por completo la afirmación de un adversario. Esto se logra mediante la sustitución encubierta de una afirmación distinta, seguido de la refutación de dicho falso argumento en lugar de prestar atención a la afirmación de su oponente.

La identificación de la falacia remonta a Aristóteles. En la Edad Moderna, autores como Locke y, más tarde, en estudios de lógica informal, Walton profundizan en variaciones de esta falacia. Estudios contemporáneos muestran que el fenómeno persiste en discursos públicos y digitales.

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Foto: Mikhail Nilov. Pexels.com

Estudios contemporáneos en argumentación

Investigaciones recientes (p. ej., Aikin & Casey 2022) analizan formas y efectos de los argumentos de hombre de paja, distinguiendo variantes y estrategias retóricas que explotan prejuicios o emociones del público.

Scott Aikin y John Casey publicaron en febrero de 2022 el libro Straw Man Arguments: A Study in Fallacy Theory, en el cual abordan la falacia del hombre de paja desde una perspectiva exhaustiva de teoría de la falacia y argumentación. Entre los puntos centrales:

  • Proponen que el straw man no es una falacia con una forma lógica fija, sino una forma de meta-argumentación inapropiada: se argumenta sobre una versión distorsionada de la posición del oponente en lugar de la posición real, con la finalidad de refutarla más fácilmente.
  • presentan una taxonomía de variantes: straw man “tradicional”, weak man y hollow man, mostrando que hablar de “hombre de paja” cubre distintos dispositivos retóricos de distorsión deliberada.
  • Destacan la importancia del público (“onlooking audience”) para el despliegue eficaz de la falacia: la manipulación depende de que la audiencia acepte o no la versión distorsionada como la postura real del oponente.
El hombre de paja: La falacia
Foto: Juan Felipe Ramírez. Pexels.com

Hombre de paja “tradicional” (Forma representativa)

La forma clásica o “tradicional” de hombre de paja consiste en presentar una versión simplificada, exagerada o distorsionada de la postura real del oponente, para luego refutar esa versión en lugar de la postura genuina. Esta variante se denomina también “representative form” en algunos estudios sobre falacias, pues reemplaza la posición original por otra “representativa” pero débil o inexacta.

  1. Se identifica el argumento o la tesis del interlocutor (A).
  2. Se construye una versión B que aparenta ser A, pero omite matices, exagera premisas o introduce supuestos no planteados.
  3. Se ataca y refuta B, alegando haber refutado A.
  4. El público percibe que A ha sido derrotada, aunque en realidad no se ha atendido la postura original.

Ejemplo

Argumento real (A): “debemos mejorar el acceso a la educación en zonas rurales, destinando recursos para infraestructura y capacitación docente”.

Versión straw man (B): “quieren regalar educación sin esfuerzo ni calidad, provocando mediocridad general”.

Refutación de B: se argumenta contra la idea de “regalar educación sin esfuerzo”, sin abordar la propuesta de mejorar condiciones reales.

Consecuencia: la audiencia cree que se ha refutado la mejora del acceso, cuando en realidad se ha rebatido una versión distorsionada.

Weak man (hombre débil)

La variante “weak man” (a veces traducida como “hombre débil”) implica seleccionar intencionadamente la versión más endeble o frágil de los argumentos contrarios ya existentes, presentándola como si fuera representativa de la posición completa del oponente, y luego refutar esa versión más débil. No se inventa un argumento completamente nuevo, sino que se elige un argumento genuino, pero débil o marginal dentro del conjunto de defensas posibles, para hacer parecer que toda la posición contraria es fácil de derribar.

  1. Se identifican múltiples defensas o argumentos asociados a la postura ajena.
  2. Se escoge deliberadamente aquel argumento que tenga menos respaldo o sea menos sólido (el “weak man”).
  3. Se presenta esa defensa débil como si representara la totalidad de la posición contraria.
  4. Se refuta con facilidad, sugiriendo erróneamente que toda la postura opuesta ha sido refutada.

Ejemplo:

Claro, César. Aquí tienes un ejemplo claro y didáctico de un diálogo donde se usa la variante weak man del hombre de paja, condensado en un solo párrafo:

María: Creo que deberíamos implementar un programa de apoyo alimentario en las escuelas rurales para reducir la desnutrición infantil y mejorar el rendimiento académico.
Juan: Entonces, según tú, ¿el Estado debería alimentar a todos los niños del país sin que los padres asuman ninguna responsabilidad? ¡Eso es fomentar la dependencia total del gobierno!

Explicación: María propone una medida específica y justificada (programa focalizado en escuelas rurales). Juan no inventa una postura nueva (como lo haría un hollow man), pero selecciona una versión extrema y poco representativa de la propuesta (alimentar a “todos los niños del país” sin responsabilidad familiar) y la presenta como si fuera el núcleo del argumento. De este modo, refuta una versión débil y exagerada que no representa fielmente la propuesta original: esto es weak man.

The hollow man (Hombre vacío)

La variante “hollow man” (a menudo traducida como “hombre hueco” u “hombre vacío”) implica inventar completamente un argumento o postura que en realidad nadie sostiene, para después refutarla. A diferencia del weak man, donde se elige un argumento débil, pero existente, en el hollow man la versión distorsionada se construye de la nada: se crea un adversario ficticio y se le atribuye esa opinión inventada. Esta forma explota la vaguedad o expresiones imprecisas como “la gente dice que…” o “se afirma que…”, sin identificar quién defiende realmente esa posición.

  1. Se formula un argumento o posición que aparentemente es parte del discurso contrario, pero no existe en la realidad o no está sostenido por nadie relevante.
  2. Se presenta esa postura como si fuera defendida por un grupo o persona real: “algunos piensan que…” (sin especificar quiénes).
  3. Se refuta con facilidad, sugiriendo que se ha rebatido la posición real del oponente.
  4. El público puede creer que tal argumento existía y ha sido refutado, cuando en realidad nunca formó parte de la discusión.

Ejemplo

Argumento ficticio: “dicen que todos los defensores de la educación pública quieren abolir la iniciativa privada por completo” (cuando no hay fuente real de tal postura).

Se refuta: se argumenta contra la idea de abolir cualquier iniciativa privada, presentándolo como si fuera la posición del adversario.

Consecuencia: el público asume que quienes defienden la educación pública tienen esa idea extrema, dañando la percepción del grupo sin que exista esa postura.

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Foto: Joshua Miranda. Pexels.com

Ejemplos del hombre de paja en medios digitales

En debates en X o Facebook, a menudo se caricaturiza la postura de grupos u ONG para desacreditarlos rápidamente. Por ejemplo, al resumir un programa de inclusión educativa como “quieren eliminar el mérito”, se crea un hombre de paja que desvirtúa el mensaje original.

Los ataques falaces aparecen en campañas electorales: se atribuye a un candidato una posición extrema o falsa para desgastar su imagen. Este patrón se replica en contenidos virales que buscan polarizar y obtener reacciones emocionales.

Según Pew Research Center, una proporción significativa de usuarios reconoce haber visto información confusa o engañosa en redes, donde las falacias argumentativas son comunes pewresearch.org. Además, estudios de University of Chicago Pearson Institute/AP-NORC Poll indican que más del 90 % de adultos considera la desinformación un problema grave en medios digitales.

hombre de paja
Foto: Jhefferson Santos. Pexels.com

¿Cómo evitar la falacia del hombre de paja?

  • Prestar atención plena a lo que el interlocutor expresa, sin preparar de antemano contraargumentos basados en supuestos incorrectos. La escucha activa implica detenerse en cada afirmación, identificar términos clave y detalles, y reconocer matices que evitan simplificaciones excesivas.
  • Resumir mental o verbalmente el argumento del otro en tus propias palabras para asegurarte de haber captado el sentido completo antes de responder. Esto ayuda a reducir omisiones de información relevante que puedan distorsionar la postura original.

Asumir buena fe

  • A Partir de la presunción de que la otra persona habla de buena fe y cree en lo que afirma, a menos que existan indicios de manipulación deliberada. Asumir mala fe facilita la creación de versiones distorsionadas del argumento real y alimenta un clima de confrontación innecesaria.
  • Aclarar intenciones con preguntas como “¿puedes explicar qué entiendes por eso?”, o “¿me confirmas que tu postura es esta?”. Así se evitan las suposiciones y se centra el diálogo en lo que realmente se dijo.
La falacia del hombre de paja.

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