José de San Martín es mundialmente reconocido como uno de los Libertadores de América. Fue un estratega militar. Sus hazañas fueron decisivas en la independencia de Argentina, Chile y Perú. Sin embargo, detrás de su imponente figura de prócer se esconde un hombre de gran sensibilidad humana. Su relación con sus nietas refleja un lado entrañable y lleno de ternura.
Esta dimensión personal de San Martín ha quedado inmortalizada en relatos y anécdotas. La icónica escultura “El Abuelo Inmortal”, de Ángel Ibarra García, también honra su rol como abuelo sabio y amoroso.

La relación con sus nietas: Pepita y Dominguita
San Martín se retiró a Boulogne-sur-Mer, Francia, junto a su hija Mercedes y su yerno Mariano Balcarce. Allí disfrutó de la compañía de sus nietas, María Mercedes y Josefa Dominga Balcarce. Él cultivó una relación cercana y afectuosa con ellas. Josefa Dominga, cariñosamente llamada “Pepita”, lo apodó “Cosaco” por el gorro de caza que solía usar. Este apodo hacía alusión a su aspecto. También destacaba su espíritu de libertad, en similitud con los legendarios guerreros cosacos.
La calidez de esta relación quedó plasmada en una célebre anécdota. Pepita lloraba desconsolada porque su gato había dañado su muñeca de juguete. Para consolarla, San Martín le entregó su valiosa medalla de la batalla de Bailén. Al ser cuestionado por un amigo sobre la conveniencia de darle tal presea a una niña, respondió con profunda humanidad:
”¿De qué sirve una medalla si no puede detener las lágrimas de una niña?”
Este gesto simboliza la importancia que daba a los sentimientos y la felicidad de los suyos. Lo valoraba por sobre las posesiones materiales.

La escultura “El Abuelo Inmortal”
El monumento “El Abuelo Inmortal” fue inaugurado el 11 de diciembre de 1951. Se encuentra en la Plaza Grand Bourg de Buenos Aires. El escultor Ángel Ibarra García lo diseñó para conmemorar la dimensión familiar del Libertador. La obra representa a San Martín anciano, vestido de civil, sentado junto a sus nietas. Es el único monumento donde no se lo ve como militar, sino como abuelo.
La realización de la escultura de San Martín:
• Modelos para las nietas: Dos vecinas jóvenes, Lucía Arocena y Susana de Tezanos Pintos, fueron modelos. Ellas posaron como inspiración para las figuras infantiles.
• Las manos de San Martín: Fueron inspiradas por las del músico Pedro Ubertone, amigo del escultor.
La piedra fundamental contiene tierra de Chile y Perú. Esto simboliza los lazos de unión entre las naciones liberadas por San Martín. Este homenaje fue financiado por el Instituto Nacional Sanmartiniano.
La ceremonia de inauguración
La inauguración fue un evento solemne, presidido por representantes del Ejército Argentino, la Marina y la Cruz Roja Argentina. La banda del Regimiento Motorizado de Buenos Aires interpretó el Himno General San Martín. El edecán del presidente Juan Domingo Perón bajó la bandera para concluir la ceremonia. Al día siguiente, la prensa cubrió ampliamente el acto, destacando la emotividad del evento y la originalidad del enfoque humanista.

San Martín: el educador
El carácter pedagógico de San Martín quedó demostrado en sus estrategias militares. También se reflejó en su amor por la enseñanza de valores a los jóvenes. Arturo Capdevila, poeta y escritor, lo describió como:
”¡Abuelo inmortal de los buenos y sabios consejos! Que siempre estés con nosotros y nos enseñes todas las virtudes capaces de hacer de cada niña de América una gran mujer; de cada muchacho americano un hombre de bien, y de nuestras naciones, hogares abiertos para una nueva humanidad por fin libre, segura y feliz.”
Su legado como abuelo nos recuerda algo más allá de sus hazañas militares. Nos muestra la importancia de la sencillez, la empatía y el amor por los niños. Estos son pilares fundamentales de una sociedad justa.
El lado humano de José de San Martín se evidencia en su relación con sus nietas. Esto es una lección perdurable sobre liderazgo compasivo. Su figura nos inspira como héroe de la independencia. También es un símbolo de calidez familiar y enseñanza moral.
La escultura “El Abuelo Inmortal” perpetúa esa imagen del hombre. Con sabiduría y humildad, él enseñó que los grandes gestos de amor y bondad hacen inmortal a una persona. Actos así verdaderamente trascienden el tiempo.