fotoperiodismo en Argentina

El fotoperiodismo en Argentina: una reconstrucción cronológica

El fotoperiodismo en la Argentina encuentra sus raíces en innovaciones técnicas y estilísticas desarrolladas en Europa. En la década de 1920, el alemán Erich Salomon revolucionó el género al introducir la fotografía cándida. Capturó escenas políticas y sociales sin que los sujetos percibieran la cámara. Este enfoque reveló la autenticidad detrás de los eventos. Sentó las bases para un periodismo visual más dinámico y revelador.

Salomon será el primero en incitar a fotografiar a gente sin que ésta se dé cuenta. Esas imágenes serán vivas porque carecerán de pose. Así inventa la fotografía «cándida», la foto desapercibida, sacada a lo vivo. De ese modo, comienza el fotoperiodismo moderno. La nitidez de la imagen ya no marcará su valor. El tema y la emoción que suscite lo harán.

El surgimiento del fotoperiodismo en Argentina: una reconstrucción cronológica
Erich Salomon con una camara Ermanox, autorretrato, Dominio Público

Argentina adopta nuevas miradas (1961-1965)

En 1961, Argentina comenzó a incorporar esta técnica de fotografía espontánea, alejándose de los retratos posados.

En 1965, los fotógrafos locales dieron un paso importante. Abandonaron el uso del flash. La investigadora Cora Gamarnik destacó este acontecimiento en su tesis La reconstrucción de la historia del fotoperiodismo en Argentina. La iluminación natural no solo redujo la intrusión del fotógrafo. También estableció un estándar ético:

“las fotos debían hacerse con luz ambiente o no hacerse”, Cora Gamarnik.

Este cambio técnico coincidió con un momento de efervescencia editorial.

Primera Plana Nº 7 Año I, 25 de diciembre de 1962.

El auge de las revistas ilustradas en el fotoperiodismo en la Argentina


La década de 1960 vio florecer publicaciones inspiradas en modelos extranjeros. En 1963, la editorial Abril lanzó Panorama. Inicialmente, estaba centrada en temas generales. En 1967, la revista se reconvirtió a un enfoque político. El objetivo era competir con Primera Plana (fundada por Jacobo Timerman en 1962).

Ese mismo año, surgió Siete Días Ilustrados, emulando el formato visual de Life (Estados Unidos) y Vu (Francia). Estas revistas elevaron el rol del editor gráfico. Transformaron la imagen de mero adorno a elemento narrativo central. Mientras tanto, la televisión iniciaba su expansión, aunque aun sin masificación.

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Revista Siete Días Ilustrados Nº 123 del 15.09.1969.

Fotografía y política: militancia y censura (1970-1976)

Los años setenta marcaron un giro hacia el fotoperiodismo comprometido. Colectivos como Montoneros utilizaron la fotografía como herramienta política en publicaciones como El Descamisado y Noticias. Paralelamente, surgieron las primeras agencias locales.

Noticias Argentinas se fundó en 1973. Luego, en 1974, comenzó Servicios de Información Gráfica Latinoamericana (SIGLA), se inspiró en el modelo cooperativista de Mágnum. Sin embargo, el golpe militar de 1976 frenó su desarrollo, imponiendo censura y persecución a medios opositores.

Diario Noticias sobre todo lo que pasa en el mundo. N° 1. 21/11/1973.Director: Miguel Bonasso. 24 páginas. 

Tecnología y globalización (1978-1983)

El Mundial de Fútbol de 1978 representó un punto de inflexión. La cobertura masiva, compartida con la televisión, exigió avances tecnológicos y una profesionalización acelerada. Pero el evento también evidenció la instrumentalización política del régimen militar, que buscó proyectar una imagen de unidad nacional.

Los fotógrafos adoptaron técnicas avanzadas para la época. Utilizaron teleobjetivos para capturar acciones distantes en el campo de juego. Además, emplearon películas de alta sensibilidad que dejaban trabajar con diferentes condiciones de luz.

La inmediatez en la entrega de las imágenes se volvió crucial. Esto llevó a una optimización en los procesos de revelado y edición. Este enfoque renovado mejoró la calidad visual de las coberturas. Además, estableció nuevos estándares para el fotoperiodismo deportivo en Argentina. 

La secuencia original de Ricardo Osvaldo Alfieri.

Iconos y manipulación: el caso Clarín (1982-1983)

El 5 de octubre de 1982, durante la Marcha por la Vida, el fotógrafo Marcelo Ranea capturó una imagen icónica. Una madre de Plaza de Mayo forcejeaba con un policía. El diario Clarín presentó esta imagen como un “abrazo de consuelo”.

La foto fue publicada en su tapa en 1983. Fue replicada por medios internacionales como The New York Times. Ganó el Premio Rey de España, pero reveló una manipulación deliberada. Esta manipulación buscaba construir una narrativa de reconciliación inexistente. Este episodio marcó un precedente en el uso estratégico de la imagen en la prensa argentina.

Foto: Marcelo Ranea.

Legado y deuda académica en el fotoperiodismo en la Argentina


A pesar de su riqueza histórica, el fotoperiodismo argentino ha sido marginado en los estudios académicos. Gamarnik, investigadora de la UBA, señala que existen pocos análisis que trasciendan el enfoque semiológico. Es necesario explorar su dimensión cultural y política. Su trabajo, junto a archivos de la Asociación de Reporteros Gráficos (ARGRA), busca rescatar este patrimonio visual. Este patrimonio es esencial para entender no solo la evolución técnica. También es importante para comprender las luchas de poder tras cada imagen.

Para profundizar, puede consultarse la reseña histórica de Gamarnik en ARGRA o el documental La Izquierda Diario, que analiza el rol de la fotografía durante la dictadura

Este recorrido evidencia cómo el fotoperiodismo en Argentina fue moldeado por innovaciones técnicas. También fue moldeado por contextos políticos turbulentos y la tensión entre verdad y manipulación. Este fotoperiodismo se consolidó como un testimonio invaluable de la memoria colectiva.

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Era el final de la llamada “década infame”. Gobernaba el país Ramón Castillo. Amplios sectores sociales cuestionaban su legitimidad. Esto se debía al fraude electoral de las elecciones de 1938. También era consecuencia del alto grado de corrupción gubernamental existente. En ese contexto histórico se funda en 1942 la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina.

El caso Kosteki y Santillán: cuando la imagen desnudó la impunidad


El 26 de junio de 2002, ocurrió la represión policial conocida como La masacre de Avellaneda. Las fotografías de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki se convirtieron en un símbolo de resistencia. Estos militantes piqueteros asesinados también se convirtieron en un símbolo de denuncia.

Los fotógrafos Sergio Kowalewski, Pepe Mateos y Mariano Espinosa capturaron momentos cruciales. Santillán extendió su brazo para proteger a Kosteki instantes antes de ser asesinados. La policía arrastró los cuerpos de ambos. Estas imágenes se publicaron inicialmente en medios alternativos como Página/12. Desmintieron la versión oficial que intentó culpar a las víctimas de una supuesta “interna piquetera”.

La foto de Santillán ayudando a Kosteki fue replicada en murales, esténciles y banderas. Se transformó en un ícono de la lucha social. Su poder radicó no solo en documentar la violencia estatal, sino en activar la memoria colectiva. La estación Avellaneda fue renombrada en su honor. Cada año se realizan vigilias y actividades artísticas para mantener viva su historia. Además, las imágenes fueron clave en el juicio que condenó a prisión perpetua a los policías responsables. Esto evidenció cómo el fotoperiodismo puede ser un instrumento de justicia.

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Foto: Pepe Mateos.

Fotoperiodismo en la Argentina actual: entre la precarización y la resistencia


Hoy, el fotoperiodismo argentino enfrenta desafíos complejos. La Muestra Anual de Fotoperiodismo Argentino de ARGRA es la más importante de la región. Sigue siendo un espacio vital. Este espacio es crucial para visibilizar conflictos sociales, ambientales y políticos.

En su edición 2024, destacaron imágenes de la represión en Jujuy. También se mostraron los «cacerolazos» contra el DNU de Javier Milei y la violencia en Rosario. Además, incluyeron coberturas internacionales como la guerra en Gaza. Estas fotografías no solo documentan la realidad, sino que interpelan a la sociedad desde una mirada crítica y comprometida.

Sin embargo, los reporteros gráficos operan en un contexto de precarización laboral. El 70% de sus salarios están por debajo de la línea de pobreza. Enfrentan represión directa durante las coberturas, con casos de balas de goma, gases lacrimógenos y detenciones arbitrarias. Además, las redes sociales están saturadas de imágenes.

Esto contrasta con la profundidad narrativa que exige el fotoperiodismo tradicional. Proyectos como la fototeca de ARGRA lo utilizan como herramienta de memoria histórica.

En un país donde la imagen sigue siendo campo de batalla. Esto se demostró en el caso de la manipulación de Clarín en 1983. El fotoperiodismo persiste como testimonio incómodo. Sin embargo, es necesario porque recuerda que detrás de cada click hay un cuerpo que resiste. También hay una mirada que desafía el olvido.

El poder de las imágenes: una conversación con Cora Gamarnik.